TIPOS DE TAPONES DE CORCHO Y SU EFECTO SOBRE LOS VINOS EMBOTELLADOS

Las pequeñas cosas de la vida cotidiana son las que revelan los mundos más apasionantes. Siempre y cuando seamos capaces de ver más allá de su sencillez, familiaridad y funcionalidad. Eso mismo sucede con los tapones de corcho que evitan que se derramen nuestros preciados vinos. Conocer sus diversos tipos y el efecto que tienen en los vinos que encierran es un aspecto imprescindible para todo amante del universo del vino.

LA TRÍADA IMPRESCINDIBLE: VINO, VIDRIO Y TAPONES DE CORCHO

Todo lo que concierne al mundo del vino tiene una connotación natural, muy ligada a la biodiversidad. Desde el propio líquido extraído de la fermentación de las uvas hasta su envase de cristal, sus etiquetas de papel y sus cierres en forma de tapones de corcho naturales.

Cierto es que en los últimos tiempos asistimos a la diversificación de tapones sintéticos, de silicona, de aluminio o de plástico; pero el corcho sigue siendo el material más utilizado por sus innegables ventajas como cierre para los vinos embotellados. Así como por sus cualidades biodegradables.

De hecho, en el apasionante mundo de la producción de vinos suele hablarse de la tríada que conforman los términos vino-vidrio-corcho. Y es que esta terceto de productos es la que permite que, una vez el vino esté embotellado y listo para su distribución, llegue al consumidor en todo su potencial.

Así, si las botellas de vidrio protegen al vino de los agentes externos nocivos (¡el fascinante mundo de las botellas de vino también tendrá su propio artículo, porque lo amerita con creces!); los tapones de corcho no solo refuerzan esa protección, sino que lo cierran herméticamente ¡e impide que se derrame tremendo elixir!

¿Pero nunca os habéis preguntado qué es un tapón de corcho realmente? ¿De dónde sale su perfección y qué tecnología encierran con respecto al mundo de la vinicultura? ¿O quién inventó tan sencillo pero eficaz ingenio?

QUÉ ES UN TAPÓN DE CORCHO Y POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE EN EL EMBOTELLADO DEL VINO

Comenzamos por desvelar las primeras cuestiones. El tapón de corcho está elaborado con la corteza del árbol alcornoque, siendo este un material elástico y renovable. Se calcula que cada centímetro de corcho contiene entre 20 y 40 millones de células hexagonales.

Su estructura se presenta surcada por poros, lo que hace que sea un producto natural con cualidades permeables a los líquidos y gases. Pero, asimismo, longitudinalmente está formado por ligeros canales que impiden la fuga de los líquidos y a duras penas pueden atravesarlos los gases.

Entre las múltiples características del corcho, además de su permeabilidad de gases lenta e impermeabilidad de líquidos están: larga durabilidad en contacto con los líquidos, baja densidad, estabilidad química, ligereza y superficie pulida y flexible. Adicionalmente, cabe destacar su adherencia al vidrio, lo que lo convierte en un elemento de gran poder hermético para las bebidas.

El tándem perfecto que hace un material vegetal natural como el corcho y las botellas de vidrio permiten que los vinos —u otras bebidas— lleguen al consumidor final en sus mejores condiciones. A lo que hay que sumar que, determinados vinos pueden seguir su crianza y envejecer magníficamente en botella.

No obstante, los tapones de corcho también pueden mostrar algunos defectos con el paso del tiempo. De ahí que para evitar males mayores, las botellas de vino deban guardarse en posición horizontal, a fin de que el vino siempre humedezca el corcho y evite que se reseque. Además, gracias a las propiedades alcohólicas del vino, el corcho evita generar gorgojos.

Si bien el tapón de corcho puede provocar algunos accidentes en los vinos embotellados, si no se toman ciertas precauciones; lo cierto es que a día de hoy no se ha encontrado un tapón más adecuado y estético para el vino.

EL ORIGEN DE LOS TAPONES DE CORCHO PARA BOTELLAS DE VINO

Realmente, el tapón de corcho lleva formando parte de nuestra cotidianidad desde hace siglos. En concreto, cuenta la leyenda —porque no hay nada confirmado— que su invención se debe a un monje de la abadía benedictina de Hautvillers, en Champagne, allá por el año 1670. Gestor de la bodega de la abadía en sus ratos de ocio dedicados a asuntos más profano, comprobaba continuamente que las botellas de vino conservadas en la bodega refermentaban.

Su curiosidad y sus investigaciones sobre este fenómeno enológico lo llevaron a descubrir que los vinos durante una segunda fermentación generaban de forma natural frescas burbujas de carbónico. Se convertía, así, en un vino espumoso, de gran calidad y finura, pero que estallaba las botellas con su fuerza efervescente.

Coincidiendo con sus intentos por encontrar la forma de evitar estas roturas de recipientes, cierto día conoció a unos viajeros españoles que cargaban con cántaros llenos de bebidas y tapados por superficies lisas de corcho. Entonces, el monje tuvo su momento ¡eureka! y decidió crear tapones de corcho cónicos sujetos con metal a las botellas que contenían los vinos de la abadía. También consideró oportuno recurrir a botellas con los cristales de mayor grosor, más resistentes a los estallidos ocasionados por las burbujas, y así evitar que los tapones saltasen por los aires.

Por tanto, el padre de los primeros tapones de corcho para botellas de vino fue ni más ni menos que Dom Pierre Perignon. Y sus conocimientos y experimentos enológicos lo llevaron a enaltecer el hasta entonces denostado vinum titillum y convertirlo en el afamado champagne.

La calidad de este espumoso francés debe mucho, precisamente, al uso de los corchos para taponarlo. Pues estos pequeños artilugios de corteza de alcornoque ayudaban a conservar mejor el vino y a elevar su redondez.

TIPOS DE TAPONES DE CORCHO PARA BOTELLAS DE VINO Y SUS EFECTOS

Cada botella o tipo de vino necesita un tipo de tapón de corcho concreto. De ahí que existan numerosos modelos de tapones para conservar de forma adecuada las propiedades organolépticas de los vinos. Así como evitar que los taninos del corcho contaminen su sabor.

En este sentido, importa tanto la calidad como el tamaño del tapón a la hora de su elección. Y es que un corcho de baja calidad puede resultar demasiado poroso y no ser tan impermeable. A su vez, los tapones demasiado flojos o con un diámetro pequeño tampoco cumplirán su función hermética.

Con respecto a la calidad del corcho, existen dos tipos, básicamente: los de alta calidad y los de baja cualificación. Los primeros se distinguen por ser de una sola pieza y mantener su integridad al descorchar la botella. Mientras que los de menor calidad, al ser elaborados con restos prensados, pueden desintegrarse en pedacitos cuando descorchamos una botella.

En cuanto a su medida, está comprobado que los tapones de corcho de menos de 45 mm. son ideales para vinos de consumo inmediato. Mientras que para aquellos tintos destinados a envejecer en botella necesitan contar con un corcho de entre 45 o 50 mm. de longitud y buena calidad.

Sobre su apariencia podemos mencionar que el corcho de un vino joven se presenta claro y con buena elasticidad. Por el contrario, el corcho que protege a un vino envejecido debe tener una presencia oscura y endurecida.

Como mencionamos antes, la posición de las botellas de vino guardadas es muy importante. Así, si bien en algunos vinos de consumo rápido no siempre es aconsejable que las botellas permanezcan en posición horizontal, por lo general esa es su posición idónea. Máxime cuando hablamos de vinos envejecidos.

¿Por qué? Pues porque si el vino permanece de pie y no moja al corcho esté sufrirá de sequedad, encogiéndose y permitiendo que entre aire en la botella. El resultado será un vino malogrado que pierda sus cualidades organolépticas. No obstante, en lo que respecta a espumosos, estos sí pueden conservarse en posición vertical.

MODELOS DE TAPONES PARA VINOS, CAVAS, LICORES,…

Actualmente, existen en el mercado distintos tipos de tapones de corchos y tapones de otros materiales. A continuación haremos referencia a los más comunes y sus características más sobresalientes. Aunque la lista es mucho más larga, dada la gran diversidad que ofrece hoy la industria del corcho y de los tapones en general.

TAPONES DE CORCHO CILÍNDRICOS

Se trata del clásico tapón de corcho que suelen estar serigrafiados con la marca de la bodega o tal vez su logo. Son los utilizados para vinos de mesa, crianza, reserva, gran reserva, sidra, cava, champagne, mistela o moscatel. Se fabrican en diversas medidas y calidades, según el tipo de bebida que vaya a proteger.

Existen diversos tipos de tapones de corcho cilíndricos, por ejemplo:

  • Natural: un tapón para vinos que han de permanecer embotellados largos periodos. Está producido con corcho 100% natural y de alta calidad.
  • Aglomerado: para vinos económicos. Están fabricado en una sola pieza a partir de granos de corcho de 3,0 a 7,0 mm.
  • Colmatado: tapón para vinos con cortos periodos de embotellado o de uso inmediato. Sus poros se hallan cubiertos con polvo del mismo corcho.
  • Microaglomerado: tapón indicado para un cierre perfecto. Son elaborados de una sola pieza a partir de aglomerado fino con una granulometría de 0,5 a 1,0 mm.
  • 1+ 1: corcho para para vinos jóvenes y crianzas. Realizados en 3 piezas, con un cuerpo central de corcho aglomerado y dos arandelas de corcho natural en cada extremo.

Elegir el tapón cilíndrico correcto es muy importante. Pues de su elección depende el mantenimiento durante más tiempo de las propiedades del producto embotellado.

TAPONES DE CORCHO CÓNICOS

Estos tapones son de los más conocidos, pues, junto con los cilíndricos, son uno de los tapones más tradicionales del mercado. Este tipo de tapón cónico está indicado sobre todo para aquellos vinos que tendrán cortos períodos de permanencia en botella. Pueden elaborarse con corcho de varias calidades, corcho natural, aglomerado, microaglomerado, aglomerado y dos discos, al igual que los hay de diferentes diámetros.

Su uso puede ser muy versátil: además de vinos, es común encontrarlos en botellas de licores, aceites, vinagres, tubos de ensayo,… Si bien, suelen emplearse con los vinos espumosos, acompañados con mango de aglomerado y dos discos de corcho natural.

TAPÓN DE CORCHO CABEZUDO

Consisten en tapones con la parte superior compuesta por una cabeza de madera, plástico o corcho y la parte inferior de espiga de corcho.

Dependiendo de la clase de corcho con que estén elaborados son empleados para aceites y vinagres de alta calidad, productos ecológicos, licores de baja y alta graduación, ginebra, pacharán, whisky… Y también pueden encontrarse en algunos vinos, moscateles y mistelas,

TAPONES DE CORCHO DOSIFICADORES CON TAPA DE MADERA

Con estos modelos de tapones de corcho nos salimos del universo del vino para entrar en el sector de la destilería. Y es que se tratan de tapones de corcho que llevan adherido en la parte superior un sistema anti-goteo, normalmente de metal o plástico. Su finalidad es verter el contenido de la botella sin derramar una gota de líquido ni ensuciar el envase.

Usualmente se utilizan en los licores, aguardientes, ginebras, whisky y demás productos de alta graduación para control su consumo. Obviamente, también podrían utilizarse en botellas de vino si así lo deseásemos… ¡aunque no es lo que estila, desde luego!

También existen tapones de corcho vertedores que llevan incrustado el vertedor en su interior y disponen de una tapa de madera —u otro material— para mantener la botella cerrada. Al igual que los tapones dosificadores anteriores, pueden adaptarse a cualquier tipo de botellas y a todo tipo de líquido: vino, licores, aceite, vinagre… Un detalle a considerar de este tipo de tapones de vertedores es que la tapa de madera puede serigrafiarse.

TAPONES SINTÉTICOS: ¿POR QUÉ Y PARA QUÉ?

Sabemos que el uso de este tipo de tapones generan mucha controversia entre los consumidores y más aún entre los amantes del vino. Pero en muchos países, los tapones se han modernizado y están innovando con nuevos tipos de cierre, menos naturales, pero que se espera que sean más prácticos. Estas innovaciones no solo buscan convertir a los tapones de corcho en reliquias del pasado, sino también relegar al olvido a otro accesorio del vino infaltable: el sacacorchos.

Quizás el mero pensamiento de erradicar de su vida los corchos y el sacacorchos provoque urticaria a más de uno de vosotros; pero debemos mencionar este tipo de tapones sintéticos porque su presencia es una realidad incuestionable en muchos lugares.

En sí, los tapones sintéticos suelen presentar forma de tapones cabezudos e incluso pueden ser de rosca. Aunque su poder hermético es indudable, con ellos se pierde la gracia de ese estallido que proporciona el descorchado de un vino o un espumoso. Esa señal auditiva inconfundible que nos envuelve un entorno de celebración, una comida en buena compañía o un momento impagable de relajación y placer.

Ahora bien, la mayor ventaja que presentan los tapones sintéticos, de plástico o de metal, es que evitan tener que lidiar con el efecto del sabor a corcho. Esto es la transmisión al vino de un compuesto químico denominado tricloroanisol (TCA), un compuesto que puede contaminar al vino dejándole un aroma a moho desagradable y penetrante.

Así, se supone que los tapones sintéticos o a rosca garantizan que el vino no sea defectuoso, mantenga toda su calidad y presenten más frescura. Con todo, muchos países de Europa, entre ellos España, y EE.UU. siguen apostando por el taponado de corcho como mejor opción. Tanto por sus cualidades técnicas como estéticas, siendo imprescindibles en los vinos de alta gama.

UN ÚLTIMO CONSEJO Y REFLEXIÓN FINAL SOBRE VINOS Y TAPONES DE CORCHO

Para finalizar este artículo queremos dejaros un consejo básico pero fundamental, que a su vez supone una respuesta a una duda frecuente que tenéis muchos sobre la conservación del vino una vez descorchada la botella. Si se abre una botella y sobra la mitad, no debemos tumbar la botella. Si bien, la posición ideal de conservación para las botellas de vino es en horizontal para que el corcho esté siempre en contacto con el líquido; una vez abierta la mantendremos en posición vertical para minimizar la superficie de vino que está en contacto con el oxígeno. También podemos pasar el vino a una botella más pequeña y entonces sí cerrarla con el corcho. Esto evita que haya mucha cantidad de oxígeno en la botella, lo cual puede estropearlo. Otra solución es utilizar una bomba de vacío, que ayudará a evitar la rápida oxidación del vino.

En conclusión, aunque el mercado de los tapones para vinos y otras bebidas se está diversificando con nuevos productos, seamos francos. Para los amantes del buen vino, los efectos sensoriales de un buen corcho son insustituibles. Desde el sonido que expresa al descorchar la botella, al tacto agradable que deja entre los dedos de los consumidores; el dulce olor a vino que desprende cuando es retirado de la botella,…

Después de tantos siglos juntos, cuesta imaginar una escena donde nuestro vino preferido no esté envasado en una botella de vidrio y cerrado por un tapón de corcho.

Además, para aquellos productores vitivinícolas con conciencia ecológica, que buscan que sus vinos expresen el paisaje que los vio nacer, trabajar con materiales naturales es una máxima, una convicción. Y en este aspecto, los tapones de corcho, por su propiedades químicas y orgánicas, además de biodegradables, son la opción ideal.

Sin duda, la belleza de un tapón de corcho se ve acrecentada por la serigrafía que los adorna, donde las bodegas pueden añadir su toque más creativo plasmando su marca. O las palabras y diseños que consideren oportunos. Ello convierte a los tapones de corcho en un elemento de colección muy apreciado por muchos coleccionistas de tapones.

Por cierto, ¿ya conoces la singularidad de los tapones de corcho que presentan nuestros vinos VACAMULO e IBIO? ¡Te garantizamos que no están elegidos al azar! 😉

REFERENCIAS CONSULTADAS

  • Cerceda Ortega, P.(2016). Estudio del efecto de tapones de corcho con diferentes diámetros e inserción sobre vino y cava. Recuperado de https://bit.ly/38T2xtp
  • Gaitán Becerra, N. H. & Torres Torres, S. B. (2018). El corcho una estructura que conserva mejor el sabor del vino. Recuperado de https://bit.ly/3wQdLrP
  • Jiménez Lirola, A. & al. (2010). Implicaciones cromáticas del nivel de oxidación en vinos embotellados: efecto del tipo de corcho y la posición de la botella. Recuperado de https://bit.ly/3LVPzIK
  • Mijares y García-Pelayo, M. I. & Sáez Illobre, J. A. (2007). El vino de la cepa a la copa (4ª ed.). Ediciones Mundi-Prensa.
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Redactora de contenidos en Wild Wines Company. Filóloga winelover y redactora dedicada a transmitir las emociones que despiertan los lugares, los viñedos, las vendimias y cada botella de vino en texto que no son más que un diario de experiencias vitales.

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