Dicen, que los gallegos siempre estamos con un pie en el lado cristiano y otro en el pagano… y es que en esta tierra plagada de leyendas y habitada por seres mitológicos como trasnos, mouros y xacias, no podría ser de otra manera. Os invitamos a descubrir algunas leyendas que proporcionan un halo de misterio a la Ribeira Sacra.
Galicia, fecunda tierra de leyendas
Galicia es una región de gran riqueza. Rica en paisajes frondosos, en costumbres culturales, en historia e historias. Porque si, Galicia es una tierra fértil en leyendas, mitos e historias fantásticas, donde la realidad se hilvana finamente con la ficción en el imaginario popular.
Leyendas ancestrales que pertenecen a la memoria colectiva y se sumergen en la noche de los tiempos. Que han sido transmitidas en el boca a oreja de padres a hijos durante generaciones para garantizar su pervivencia en el alma de sus pueblos y sus gentes. “Contos da lareira” que muchas veces buscaban dar sentido a construcciones antiguas o formaciones naturales en un tiempo en el que se desconocía por completo el origen de los castros o los fenómenos geológicos que dieron lugar a impresionantes cañones como los de nuestra Ribeira Sacra.
Leyendas, en fin, que muchos adultos siguen compartiendo hoy al calor de una hoguera o una chimenea con una copa de vino de la tierra entre sus manos.
Siéntate con nosotros y déjate embelesar por las leyendas de la Ribeira Sacra más fascinantes y sobrenaturales. Tierra, ya de por sí, conocida por sus prodigiosas vides que nacen, crecen y expanden su majestuosidad en las pendientes más vertiginosas donde hayan sido plantadas las vides. Ellas, y la viticultura heroica que fomentan, son el mejor ejemplo de que Galicia es un territorio sobrenatural y fantástico de por sí.
Leyendas de Ribeira Sacra: el origen de los cañones del Sil (según los romanos)
Se dice que el padre de todos los dioses, Júpiter —o Zeus en la mitología griega—, era un tanto promiscuo y libertino, y esto provocaba constantes ataques de furia en su esposa Juno —también conocida como Hera–. Júpiter, vivía en el Olimpo de los dioses, pero cada poco tiempo descendía a la tierra para hacer un poco de vida social y mezclarse con las mortales. En una de estas excursiones, conoció a la hermosa Galicia.
El dios de los dioses quedó tan prendado por su excelsa belleza que no se resistió a poseerla. Tras las negativas de Galicia a acceder a su cortejo, Júpiter, dios metamórfico donde los haya, optó por cambiar de forma. ¿El resultado final? Se transformó en un río que recorrió todo el cuerpo de su deseada Galicia, dando origen al nacimiento del río gallego por antonomasia: el Miño.
No pasaría mucho tiempo hasta que Juno se enterase de este escarceo amoroso de su marido. Entonces, muerta de celos, decidió que la mejor manera de acabar con este nuevo amorío era partir por la mitad a la bella Galicia. No consiguió ejecutar su ansiada venganza, más, dejó profundas heridas en la superficie verde y amable que había conquistado al lujurioso Júpiter.
Según cuenta la leyenda, Júpiter, encolerizado por las acciones viles de Juno, la castigó a vagar por el fondo del cañón por toda la eternidad. Arrepentida, Juno suplicó ser perdonada y finalmente Júpiter la perdonó; pero, como penitencia al daño causado a Galicia, la transformó en agua. Y es así como las aguas del Sil cubren y embellecen en parte el cañón del Sil. Asimismo, en Os Peares, marcan el lugar donde Juno, ya mimetizada en agua, va al encuentro de su marido Júpiter para hacer las paces y salvar su maltrecho matrimonio.
Sin duda, esta leyenda de la Ribeira Sacra supone una bella muestra de cómo a seres mitológicos y deidades grecolatinas se les atribuye la creación de espectaculares fenómenos geológicos. Tal es el caso de los abruptos cañones del Sil.
Pero ¿Cómo se formaron en realidad estos asombrosos cañones?
Mucho antes de que los romanos, o de que cualquier ser humano poblase la Tierra, esta zona estaba cubierta por las aguas de un mar somero, es decir, un mar poco profundo. Un mar que hace 300 millones de años desapareció a la par que todos los continentes se unificaban en uno solo llamado Pangea…. Unos cuantos millones de años más tarde, al separarse nuevamente los continentes, se originó una falla tectónica que fue ocupada por el río Sil. A la sazón, uno de los recursos fluviales más antiguos de la Península. La erosión del agua continuó su curso hasta moldear el paisaje que podemos apreciar hoy en día.
¿Te gustaría ver donde estaría ubicada tu ciudad en Pangea?
DINOSAURPICTURE es un mapa 3D al más puro estilo Google Earth, creado por el ingeniero Ian Webster, podemos observar dónde estaría ubicada nuestra ciudad, la Torre Eiffel o los Cañones del Sil en la Tierra de hace muchos millones de años.
Leyendas de la Ribeira Sacra: La llegada de los ibios y las primeras vides
Cuenta la Biblia, en el Génesis, que tras el Diluvio Universal, cuando el nivel de las aguas descendió por fin, Noé se convirtió en agricultor y cultivó un viñedo. A partir de entonces sería considerado el padre de la viticultura universal.
Cierto día en que su avidez le llevó a beber demasiado vino, se embriagó y quedó tirado desnudo y dormido en su tienda. Su hijo Cam llamó a sus hermanos —Sem y Jafet— para, entre todos, cubrir a su padre, aunque evitando en todo momento el mirarle. Una vez Noé se hubo despertado, con la sensación de resaca palpitando en sus sienes, sin poder reprimir su ira por saberse manipulado desnudo, lanzó una maldición a los descendientes de su hijo Cam… Pero esto es otra historia, que dejaremos para otro encuentro, ya que nos estamos desviando del tema.
Correspondería a los descendientes de los hijos de Noé repoblar la tierra y llevar consigo el secreto del cultivo de la vid allá donde fuesen. Uno de los grupos de descendientes de Noé recaló en las tierras conocidas actualmente como Val de Portabrosmos. Se trataba de los magníficos y robustos Ibios. ¿Pero cómo llegaron hasta aquí y qué tienen que ver con la génesis de la Ribeira Sacra?
La fundación de Ibia y el legado de los Ibios
Cuenta la leyenda que los ibios eran seres humanos altos, rudos, valientes y con una fuerza sobrenatural. Pudieron adentrarse en el corazón de las tierras galaicas gracias a surcar océanos, mares y ríos sobre sus barcas de piedra; antecesoras de las barcas fluviales que dominaron la comunicación y los viajes de la Ribeira Sacra hasta el siglo decimonónico.
En efecto, hace 3000 años, no existían los embalses en la zona y Ios ibios navegaron remontando el curso del río Miño hasta llegar a Os Peares, donde se encontraron una bifurcación fluvial: a su izquierda, un río con menos caudal; a su derecha, un cauce de agua más ancho y más caudaloso. Consideraron que este río sería mejor para navegar con sus densas barcas. De esta suerte, comenzaron a remontar el río Sil.
Al principio, navegaron entre escarpadas paredes de una roca oscura como la de sus barcas. Continuaron navegando, hasta que la roca oscura, ampliamente empinada, adquirió ciertos matices verdosos que anunciaban la presencia de laderas de tierra fértil. Estaban arribando a la actual zona de Portabrosmos, cuya naturaleza imponente y exuberante cautivaron a los hijos de Noé. Entonces decidieron que aquel sería el lugar idóneo para arraigar como pueblo y cultivar sus vides, así que, sin más dilación, atracaron sus barcas en dichas inmediaciones.
Aquí fundaron su hogar, A Ibia. Los Ibios traían en sus barcas de piedra los primeros animales para trabajar la tierra, las primeras semillas y las primeras vides. Ahora bien, dado que en esta zona la tierra era fecunda y perfecta para el cultivo de la vid pero excesivamente inclinada, optaron por construir los primeros bancales alrededor de su asentamiento. Nacía, entonces, con ellos la inimitable viticultura heroica.
Si te acercas a Chanteiro, hasta el corazón de un bosque de castaños, podrás encontrar las ruinas que aún quedan de A Ibia. Así como es posible hallar esparcidos a lo largo del territorio, restos de casas y prensas de vino y aceite.
El sabor de Ibia y la bravura de los Ibios hecha vino
Gracias a la transmisión generacional de estas leyendas de la Ribeira Sacra hoy sabemos que los habitantes de Portabrosmos son los auténticos sucesores de los Ibios. Así como las centenarias cepas que medran en su territorio encierran el genuino sabor de las primeras uvas posdiluvianas.
Podríamos haber descubierto más detalles sobre la vida y obra de estos portentosos descendientes de Noé; mas infelizmente, al morir el último barqueiro de Portabrosmos, quedaron muchas historias e incógnitas por desvelar.
En cualquier caso, en Wild Wines Company, hemos embotellado la historia de los Ibios para ti. Un vino, por lo demás, elaborado con la variedad Mencía, cuyas vides surgen de un suelo arenoso que facilita su drenaje; crecen arropadas por el calor constante del sol y son impregnadas por un clima de talante Mediterráneo con reminiscencias atlánticas.
IBIO es un vino cien por cien de Amandi. De esa clase de vinos, por cierto, cuya gran calidad y singularidad lo convierten en sí mismo en toda una leyenda.
Ya lo declaraba el gran escritor gallego Manuel María, al señalar lo extraordinarios que resultan los vinos de Amandi: «Es una especie de fantasía: se habla mucho de él, pero casi nadie lo cató, tan escaso y tan breve». Pues bien, en Wild Wines Company hemos decidido convertir lo más fantástico y mítico de nuestra mesa en un elixir al alcance de todos los winelovers.
¿Te Atreves a descorchar 3000 años de viticultura heroica? Puedes encontrarlo en la TIENDA
REFERENCIAS CONSULTADAS
Freán Campo, A. (2018). Nadando entre significantes: la búsqueda de significados en la cultura popular de tradición oral. Recuperado de https://bit.ly/3zdPzz3
Manuel María (1989). Breve noticia e pregón dos viños galegos, in Os nosos viños. Cadernos Monográficos a Nosa Terra de Pensamento e cultura, nº 1.
Escribo historias de vino y cuando no estoy escribiendo, diseño experiencias de enoturismo personalizadas para descubrir Galicia con los 5 sentidos.
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